Javier Ochoa, el primer gran luchador español de la historia
The Fabulous Jobbers regresa para contarnos la historia de Javier Ochoa

Fuente: The Fabulous Jobbers
Javier Ochoa, el primer gran luchador español de la historia. Javier Ochoa, el primer gran luchador español de la historia
Hoy indagaremos en los orígenes de la lucha para presentaros el primer gran luchador español de la historia.
Javier Ochoa, nacido en Urdiain en 1885, desde muy joven desempeñó labores que requerían gran fuerza física primero en el caserío familiar, y más tarde comenzando a trabajar en las minas de Bilbao también laboró colocando las vías del ferrocarril del trayecto que uniría Pamplona y San Sebastián.
Destacaría por su gran fuerza física, cualidad que le llevaría a Burdeos donde participaría en torneos y festivales para demostrar su fuerza, eso sería a la edad de 18 años. En aquella época las demostraciones de fuerza se hacían en circos, dado que era donde se presentaban los hombres y mujeres extraordinarios, y solían ser de carácter itinerante, también sería su primera toma de contacto con la lucha grecorromana.
Cuando se trata de arrojar luz sobre el origen de la lucha se suele datar el origen en Francia, precisamente en los circos, aunque en un capítulo anterior explicamos que es mucho más anterior dado que en la década de los 20 del siglo XIX ya se comenzó una disciplina que luego desembocaría en lo que sería el Catch, eso fue el Lancashire, Inglaterra.
Hubo un tiempo en el que los que emigraban eran los españoles a buscar fortuna, sobre todo a Centro América y América del sur, y no solo en la época de la guerra civil y la dictadura, mucho antes, este es el caso del protagonista del día de hoy.
Ochoa viajó a Argentina y se estableció en Buenos Aires donde comenzó a trabajar en el negocio de unos paisanos, pronto se estableció por su cuenta y curiosamente un hecho fortuito hizo que alcanzara gran fama en la ciudad, se dice que sacó a dos hombres en vilo de su local por alterar el orden, y eso le sirvió para que se creara un mito alrededor de su persona.
Ante tal hazaña la gente le animó a que utilizara su fuerza natural para competir en lucha, debutando en 1910, luchando entre ese año y el siguiente en los lugres más importantes de Argentina, Chile y Brasil.
La época de debut y primeros éxitos de Ochoa coincidió con la introducción de la lucha en España, que llegaría de la mano de La Real Sociedad Gimnástica española en 1909. (La disciplina tendría gran exposición mundial en las olimpiadas de 1908 celebradas el Londres y donde por primera vez la lucha o catch sería olímpica.)
Ochoa sería apodado el “León de Navarra” y se proclamaría ese 1911 campeón de lucha grecorromana en el Teatro Nacional de Buenos Aires al vencer a otro vasco.
En 1911 diario el liberal salía publicada esta noticia:
Mañana sábado, por la noche, se empezará en el Kursaal de la Ciudad Lineal la gran prueba deportiva anunciada como primer campeonato internacional de lucha. Ya se ha terminado el plazo para las inscripciones, quince atletas de todas las nacionalidades del mundo van a encontrarse en el ring que la dirección ha construido en medio del Kursaál, de forma que todo el público pueda ver los emocionantes y sensacionales acontecimientos en este torneo, que promete ser extraordinario.
En efecto, sabemos que se han inscrito luchadores tan afamados como Apólon, Hankin,
Karoly, Madrallih, etc., etc., y también el fuerte y valiente luchador español José Salvador, que se ha inscrito a última hora.
No cabe duda de que las 6.000 pesetas de premio no supondrán nada ante el honor que alcanzará el que venza en estas emocionantes luchas.
Así se presentaba el primer campeonato de lucha que se celebró en España.
Se solían celebrar luchas en el circo Parish, y visto el éxito que levantaban las mismas, y la aceptación del torneo del año anterior, A partir del 20 de Julio de 1912 daría comienzo la copa de Madrid, así que el Heraldo de Madrid se puso en contacto con Leon SEE, deportista francés encargado de organizar este tipo de concursos en su país, con el ánimo de organizar un torneo, y él puso las siguientes condiciones:
Tenían que ser entre 15 y 25 luchadores, estaría dotado con 20 mil pesetas en premios, el heraldo regalará al vencedor una copa de plata, y se regirá por el reglamento de la federación francesa de lucha grecorromana, de esta manera querían darle más relevancia y oficialidad.
Además, los combates serían arbitrados por el único árbitro oficial del Mundo, el señor Vylé.
El torneo contaría con los mejores luchadores venidos de todas las partes del mundo, y a priori ya había un favorito, El negro Anglio, con 130 kilos, 188 y 50cm de brazo, ese era el favorito de una parte de los organizadores, dado que llevaba 3 años invicto, pero el público español apostaba por DeRiaz, viejo conocido en Madrid, y con más corazón que cabeza también apoyaban al único español, José Salvador.
Cuando iba a comenzar el torneo apareció el campeón argentino, solicitando un puesto para poder participar en el torneo que daba comienzo esa misma noche, el campeón argentino dijo ser navarro y llamarse Javier Ochoa.
El jurado habló con él, poniéndole de manifiesto que las inscripciones habían tenido periodo de apertura y cierre, y que no iba a ser posible su participación, a lo que alegó que uno de los inscritos no iba a participar, por lo que quería ocupar su lugar, el árbitro y jurado le emplazaron a deliberar después de la jornada de ese día.
Al concluir los combates determinaron lo siguiente:
Se subrogaría en la inscripción del incompareciente,
Tomaría partido en la siguiente jornada, con la condición de enfrentarse a dos rivales esa misma noche y vencer a ambos para seguir en el torneo
La Culture Physique que eran los organizadores con el Heraldo de Madrid dieron total libertad de decisión al jurado y árbitro para que tomaran la determinación que consideraran oportuna.
Ochoa fue presentado al público esa misma noche y debutaría con dos victorias para avanzar a la siguiente ronda y permanecer en el torneo.
En uno de los cruces que tuvo con el escocés Epson después de perder su combate éste, retó a Ochoa a un combate de libre con una apuesta de 1000 pesetas. En el calor del momento Ochoa aceptó, y los periodistas de la época tildan tal acto de lucha no lícita y reto inaceptable “El Heraldo de Madrid no puede de ninguna manera prestar su patronato para semejante salvajada y nos consta que el tapiz de Kurssal de la Ciudad Lineal no se verá prostituido por semejante lucha de navajas”. También se decía que como latinos nuestra lucha natural era la grecorromana.
Tan bien se le dio el torneo a Javier Ochoa que llegó a la final, enfrentándose por la copa contra Maurice Deriaz.
La final se disputó ante 6000 personas en un combate muy intenso y físico que al final ganó De Riaz para proclamarse campeón del torneo.
Quedando así:
Deriaz 2.Ochoa 3.Vervet y 4. Anglio (al final el ojo de los especialistas no fue muy bueno, el favorito quedó el cuarto)
Primero ganó a Deroua y a Noel la primera noche, y más tarde fue avanzando de ronda al imponerse a Jimmy Esson, José Salvador, Anglio y a Vervet
También se anunció la celebración de veladas de lucha libre, pero el gobernador interino Sr.Cembrano prohibió este tipo de lucha.
Al acabar el torneo Ochoa volvió a su pueblo, pero no dejaría de competir, luchando contra alguno de los participantes del torneo y otras figuras internacionales.
En septiembre lucharía en Pamplona y Barcelona, y en octubre en Bilbao, San Sebastián, Irún y Logroño.
El año 13 fue su año más internacional hasta la fecha, lucharía en Bruselas, Alemania y Praga, pero fuera de España no tuvo tanta suerte dado que en cada torneo que participaba firmaba un cuarto puesto.
Eso no le hizo despreocuparse de sus obligaciones adquiridas en España, dado que conforme iba in crescendo la popularidad de la lucha y la propia fama de Ochoa en cada ciudad importante de España se celebraron torneos, e incluso contaban con sus propios cinturones, como Bilbao en junio de ese año que lo ganó el navarro.
Siguió ganando campeonatos y torneos, en esta ocasión el campeonato de España celebrado en Madrid el mes siguiente, disputándose la final contra Ivan Mamutoff en Julio, ganándola y proclamándose campeón del torneo.
El 31 de agosto se cobró venganza contra DeRiaz al ganarle y el año siguiente, a pesar de las recomendaciones de no aceptar otra revancha con él, al final se celebró el combate y se saldó de forma positiva, de nuevo ganó Ochoa en el circo Parish en Julio.
Siguió luchando en diferentes torneos y diversas ciudades del mundo, teniendo ahora un nuevo rival recién llegado a España, Frank Crozier del cual hablamos en nuestro artículo de pioneros negros en el Wrestling, siendo el primer campeón negro del mundo.
Portugal, Argentina y México fueron algunos de sus destinos para desempeñar su labor, siguió luchando y ganado a DeRiaz y perdiendo con uno de sus grandes rivales, al cual no podía superar , Jess Pedersen, campeón del mundo, aunque en 1920 le superaría en alguna ocasión.
En 1920 volvió a ganar el Cinturón de Madrid ganando en la final a Le Marin.
En los últimos años DeRiaz había perdido su capacidad de ganarlo todo y quedó cuarto en el torneo, ese mismo año se celebrarían los torneos de Lisboa y Buenos Aires, que perdió en la final con Le Marin.
En 1921 le vendría una gran victoria, después de perder varios torneos consecutivos en la final con LeMarin le llegaría su momento al celebrarse en México un combate con el título del mundo en juego que tenía en su poder Le Marin, a priori, y vista la trayectoria de la serie de combates anteriores que enfrentaron a ambos, Le Marin era el favorito para retener, pero Ochoa sacó su garra de león Navarro y se proclamó campeón del mundo en mayo.
El campeón español, ganador de innumerables torneos en España y diversos cinturones de varias ciudades por fin era campeón del mundo, una semana después se pactó la revancha, y de nuevo se vio superado por su eterno rival, así que poco le duró el status de campeón, pero lo importante es que lo fue.
Al año siguiente se volvieron a encontrar en otro evento importante en la final, el cinturón de Madrid y de nuevo cayó Ochoa. Le Marin era un hueso muy duro de roer y le tenía cogida la medida a Ochoa.
En 1923 Ochoa ganó de nuevo el cinturón de Madrid y ante su eterno rival, que sabe mejor.
Pero en la edición siguiente perdió ante él, ahora se iban alternando, y aunque es cierto que el torneo más importante en ese tiempo en España era el Cinturón de Madrid, también Ochoa superó en varios torneos de ciudades como Bilbao o San Sebastián a Le Marin, quizás sin tanta repercusión nacional, pero si con todo el apoyo local.
En 1925 Ochoa obtuvo la victoria sobre Le Marin en el cinturón de Madrid y ese mismo año le llegaría otro título internacional, en esta ocasión el de Portugal en agosto, ¿Ante quién? Pues os podéis imaginar contra quien luchó en la final, aunque luego perdería la final del cinturón de oro de Sudamérica en diciembre.
Pero en 1926 volvió a superar en el torneo del cinturón de Madrid a Le Marín, de nuevo Ochoa ganaría la final.
También, por fin ganaría el cinturón de oro de Sudamérica, se las vería en semifinales con Le Marin que superaría llegando a la final y ganándola también.
A partir de entonces el Cinturón de Madrid sería suyo, ganándolo en la edición del 27,28,29,30 y las dos ediciones celebradas en 1931, y no solo ese, ganó el cinturón de oro de Zaragoza, casi nada. En 1932 se celebraron dos ediciones de nuevo y para no discutir una la ganó le Marin y otra Ochoa.
A partir de esa fecha el estilo de lucha libre sustituyó al de grecorromana.
Javier Ochoa ganó un total de 10 ediciones del Cinturón de Madrid, el campeonato de España, el campeonato del Mundo, el cinturón de Portugal y el de Sudamérica, y el cinturón de oro de Zaragoza, entre otras hazañas a lo largo y ancho de todo el mundo.
La leyenda dice que luchó en más de 1500 combates y que solo perdió 8 a lo largo de su carrera, pero eso es solo leyenda.
Su primer retiro sería en 1933, volviendo a su pueblo y cumpliendo otro de sus grandes deseos aparte de ser campeón de lucha, ser alcalde de su pueblo, teniendo gran popularidad y una conducta intachable en el cargo, también fundó una empresa de transportes.
Su retirada definitiva sería en 1935, en un combate con reglas de lucha libre, y ante un rival nada fácil, el campeón francés de todas las categorías Douvinet.
ARTÍCULO DEL DIARIO AHORA, VIERNES 29 DE MARZO DE 1935
Lamentablemente fallecería el 3 de mayo de 1949 a la edad de sesenta y cuatro años y el diario el mundo deportivo cubrió así la noticia:
Javier Ochoa no solo fue el primer gran luchador de la historia de España, si no que fue uno de los más laureados y más queridos por el público, su hijo Victorio se dedicó también al menester que tan bien se le dio a su padre, pero eso ya es otro capítulo.
Hasta aquí hemos llegado.
Chicos chicas nos leemos ¡!!
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